En la que será su séptima incursión por tierras sudamericanas, el
Dakar recuperará el principio del recorrido en bucle, con salida y
llegada en Buenos Aires. Las pistas y dunas de Argentina, Chile y
Bolivia serán el escenario elegido para las etapas maratón y serán
testigo del regreso de la casa Peugeot a la competición todoterreno.
La
ceremonia de presentación de los pilotos que se celebrará con la Casa
Rosada como telón de fondo el próximo 3 de enero, justo antes de la
salida de la 37ª edición del Dakar, tendrá sin duda un sabor a
reencuentro. Recordemos que fue en Buenos Aires donde renació el rally
en 2009, en lo que supuso el inicio de una era latina que ha marcado su
evolución durante los últimos años. Desde la primera incursión por
América del Sur, los competidores del Dakar cayeron seducidos ante el
encanto de los paisajes argentinos, la cordillera de los Andes y el
desierto de Atacama en Chile. En 2015, volveremos a vibrar con un
recorrido en bucle con salida y llegada en la capital argentina para
rendir homenaje a este momento de la historia.
Desde 2009, el Dakar se ha enriquecido gracias al encuentro con sus anfitriones (¡en 2014 se triplicó el número de vehículos pilotados por sudamericanos!) y al descubrimiento de nuevos territorios y países.
Además de Argentina y
Chile, que acogerá una jornada inédita de descanso en Iquique, el
recorrido vuelve a incluir una incursión por tierras bolivianas. El país
que encandiló a los pilotos de motos y quads en enero seducirá también a
los coches durante la 37ª edición. Las particularidades geográficas del
continente han conquistado a los competidores y han animado a la
organización a probar nuevos retos deportivos.
Las innovaciones
continuarán en la próxima edición, con etapas maratón para todas las
categorías. El desafío de América del Sur, séptima incursión del rally
en el continente, coincidirá con un regreso a la competición muy
esperado en la categoría de coches. Si bien habrá que esperar un poco
para conocer la identidad de los reclutas y el nombre de los modelos que
tomarán la parilla de salida en Buenos Aires, los 205 y 405 de la
escudería Peugeot que pilotaron en su día Vatanen, Kankkunen o Ickx por
tierras africanas tendrán sin duda sus herederos en el Dakar 2015.
Homenaje
y visión de futuro. Un circuito inmenso se dibuja en el continente
sudamericano con la ciudad de Buenos Aires como punto de salida y de
llegada.
Muchos
recordamos el renacimiento del Dakar cuando, en 2009, descubría
Argentina y Chile. Se trataba de un salto a lo desconocido y, desde
entonces, la prueba adquirió un acento latino símbolo de apertura, con
una profunda vocación por el intercambio entre las naciones y una
flexibilidad que le permite enfrentar lo inesperado. Nuevas culturas que
enriquecen al Dakar sin por ello desnaturalizar su esencia. En aquella
primera aventura, se registraron alrededor de cuarenta vehículos
sudamericanos. En el pasado mes de enero, el número se triplicó, con
representantes de altísimo nivel, desde Ignacio Casale a Orly Terranova,
pasando por «Chaleco» López o «Chavo» Salvatierra.
Durante estos siete años, el Dakar recibió a numerosos pilotos. Nuevos países nos abrieron sus puertas y nos conmovieron con su entusiasmo. La fidelidad de la Argentina y Chile nos acostumbró a las distintas peripecias que implica cruzar el asombroso relieve de la Cordillera de los Andes. Pudimos explorar el desierto de Atacama que, una vez más, ocupará este año un lugar de honor con un verdadero “festival de Iquique”. Perú, aliado de ayer y de mañana, sorprendió a los más tenaces con sus cordones de dunas que recuerdan el Sahara. El Salar de Uyuni en Bolivia, al igual que la sonrisa de su gente deslumbró a los pilotos. Por sobre todas las cosas, se trata de terrenos de expresión tan variados que cada año abren perspectivas con un sinfín de recorridos diferentes, etapas maratón e incluso una jornada de descanso alternada. El Dakar 2015, fruto de la experiencia adquirida desde el 2009, será inigualable.
Durante estos siete años, el Dakar recibió a numerosos pilotos. Nuevos países nos abrieron sus puertas y nos conmovieron con su entusiasmo. La fidelidad de la Argentina y Chile nos acostumbró a las distintas peripecias que implica cruzar el asombroso relieve de la Cordillera de los Andes. Pudimos explorar el desierto de Atacama que, una vez más, ocupará este año un lugar de honor con un verdadero “festival de Iquique”. Perú, aliado de ayer y de mañana, sorprendió a los más tenaces con sus cordones de dunas que recuerdan el Sahara. El Salar de Uyuni en Bolivia, al igual que la sonrisa de su gente deslumbró a los pilotos. Por sobre todas las cosas, se trata de terrenos de expresión tan variados que cada año abren perspectivas con un sinfín de recorridos diferentes, etapas maratón e incluso una jornada de descanso alternada. El Dakar 2015, fruto de la experiencia adquirida desde el 2009, será inigualable.
Prensa Rally Dakar 2015.
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